la mediocridad es para otros

Estoy releyendo el clásico de Grant Cardone “Be obsessed or be average” (que se puede traducir como Obsesiónate o vive la mediocridad) y decididamente, buscar el éxito en lo que cada uno decide no está muy bien visto en esta sociedad.

¿Qué hay de malo en querer lo mejor para ti o tu familia? ¿Acaso eso te convierte en mala persona? ¿A quién hace daño si no quieres conformarte con las migajas que te ofrecen otros?

La envidia es muy mala y cuando intentas cambiar cosas en tu vida para conseguir más, hay muchas voces que te comenzarán a llamar ingrato por no estar agradecido por lo que tienes.

Ya sabes, te dirán cosas como “otros están mucho peor que tú, ¿por qué no estás contento con tu trabajo de mil o dos mil eurista?”.

O la de «¿acaso te crees mejor que los demás y te crees que puedes ganar el doble de lo que ganas actualmente?

Lo peor de todo es que estos comentarios suelen ser de gente cercana, incluso familiares, y eso es lo que más duele.

Yo tengo una OBSESIÓN, (sí, en mayúsculas) por conseguir recuperar mi libertad (de tiempo y espacio) y no me avergüenza decirlo. La palabra obsesión tiene muy mala fama, muchas cargas negativas, pero cuando abrazas una obsesión por una buena causa todo cambia.

Yo quiero que mi familia no tenga que preocuparse nunca más por el dinero, ni tenga que hacer cosas que no le gusta con personas que no soporta. Todos lo hacemos, no me lo niegues, pero no tiene porqué ser así.

Todos nosotros valemos mucho más que eso. Pero hay que hacerse valer, si no en esta sociedad te pisan y te dejan abajo.

Dale una vuelta al concepto de obsesión, busca tu porqué y abrázalo con todas tus fuerzas. Comprométete a conseguir eso que buscas, da igual lo que tardes o que a otros no les guste, estás en tu derecho, nadie puede decirte que no puedes conseguirlo.

Espero que te sirva de inspiración y te haga recuperar esa confianza que podías estar perdiendo o te ayude a conseguir ese cuerpazo que tanto anhelas o te convenza para que tomes las riendas de tus finanzas personales.

Es un derecho que tienes y me atrevería a decir que un deber contigo mismo.

Tenemos el deber de vivir a nuestra altura, la mediocridad es para otros.

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